A veces se siente tanto como un sueño que siento que floto o que necesito pellizcarme y darme cuenta que estoy sumergida en algún recuerdo vivido o inventado. Pero no. Me pellizco y de repente ahí estoy viviendo algo que resulta tan normal (no normal no, no me gusta esa palabra) tan natural, tan perfecto que asusta. Pero yo ya no me escondo abajo de las mantas esperando que el monstruo se vaya. NO. Vos me diste la mano y me sacaste de ahí abajo, pero parece que intercambiamos lugares y estas vos esperando que el monstruo se vaya. Pero no se va a ir, te va a dar la mano.
8 de noviembre de 2012
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1 comentario:
lo más lindo que recuerdo haberte leído
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